El hormigón pulido es un pavimento que tiene diversas aplicaciones y que puede utilizarse para fines distintos. Es un hormigón liso, sin rugosidades y con una terminación básica pero adecuada. 

Es un tipo de hormigón indefinido y entre sus propiedades se encuentra que tiene una gran resistencia a los golpes y a la tracción mecánica.

Además su mantenimiento es prácticamente nulo, no se rompe y para limpiarlo no hay que hacer nada en especial. 

Aunque tiene varias aplicaciones se usa mucho en talleres y lugares similares, puesto que es un tipo de pavimento compacto que no presenta grietas ni agujeros en los que pueda entrar la suciedad o el agua, por lo tanto, son suelos limpios. 

En cuanto a los colores de este hormigón son infinitos y pueden conseguirse múltiples colores, aunque no es aconsejable elegir un color muy raro porque si en el futuro se amplía un lugar o se realizan obras habrá que conseguir el mismo tono de suelo. 

Como su nombre indica este hormigón se somete a un proceso de pulido en el que influye la temperatura y el tiempo de ejecución, una vez vertido hay como máxima una hora de tiempo para acabar el trabajo por lo que es importante ser cuidadosos. Es fundamental conocer las características de los materiales y tener experiencia para llevar a cabo este trabajo, por eso es recomendable dejarlo en manos de profesionales. 

El hormigón pulido puede usarse tanto para interiores como para exteriores, en el primer caso suele reforzarse este hormigón con fibra que a su vez puede ser de carbono o de vidrio, además de añadir otros compuestos que le darán todavía más fuerza.